lunes, 10 de diciembre de 2012

Llevan Nacimiento Mexicano de piezas con rasgos Indígenas al Vaticano



    Un Nacimiento realizado por artesanos de México, y cuyas piezas moldeadas en cera de abeja reflejan los tradicionales rasgos de la etnia indígena purépecha, adornará estas fiestas decembrinas los Museos Vaticanos.

   A sus 36 años de edad y 27 años de pasión por el arte sacro, Jesús Ayala Heredia llegó hasta Roma procedente de Purépero, una localidad del occidental estado mexicano de Michoacán, para supervisar el montaje de las 17 piezas que esculpió con sus propias manos.

   Explicó los detalles de su obra máxima, compuesta por las figuras de José, María, Jesús, un ángel, un padre eterno, cuatro querubines, el buey, la mula, tres pastores y los tres Reyes Magos. Todas casi de un metro y 20 centímetros de altura.

   "Me contactaron en abril, al principio no creía (en la veracidad de la propuesta) porque jamás pensé que una de mis piezas pudieran estar en El Vaticano", narró.

   Su Nacimiento será regalado directamente al papa Benedicto XVI el próximo 12 de diciembre en el Aula Pablo VI como parte de la muestra Navidad Mexicana en El Vaticano, que este 2012 llegó a su quinta edición.

   Con la ayuda de un equipo de 10 personas, Ayala Heredia tardó seis meses en finalizar el proyecto más demandante de su carrera, entre otras cosas por la exigencia que le impuso realizar los rostros de las figuras con rasgos indígenas realistas.

   "Tuve que recorrer comunidades muy remotas en Michoacán para ver rasgos puros, frentes planas, pómulos grandes y cara redonda. Cada pieza tiene un color diverso de piel porque existen diferentes morenos en la región", explicó.

   Pero la complejidad de la obra no pareció ser un problema de imposible solución para un artesano que parece estar acostumbrado a los desafíos. Lo demuestra su historia, plagada de sacrificios desde que descubrió su vocación artística a los nueve años.

   En ese tiempo su abuela tenía un Nacimiento de cera, cuando ella falleció la herencia de aquellas figurillas despertó su curiosidad y lo llevó a descubrir que ya nadie en su pueblo Purépero- las fabricaba usando la técnica de la cera, llevada a México por los españoles.

   Esa situación no fue un obstáculo para él, sino todo lo contrario, lo llevó a empeñarse en revivir aquel oficio olvidado. Y lo logró con un método tan sencillo como ingenioso: recuperar los testimonios orales de quienes conocieron los secretos de los antiguos artesanos.

   "Familiares de las personas que trabajaban esa técnica me decían: yo veía que mi tío hacía esto, o usaba aquellas pinturas. Así comencé a experimentar lo que ellos me decían y logré recuperar los conocimientos", relató.

   Tras 12 años de experimentaciones decidió viajar a Salamanca, Guanajuato, donde estudió el trabajo de la cera a nivel profesional. Aunque las metodologías eran similares, pero no las mismas.

   "Fusioné las dos técnicas y ahora tengo una propia. Trabajo en un laboratorio pequeño y mi fuerte es el arte sacro, personajes, nacimientos, es lo que más se ha trabajado", explicó.

   Con esos antecedentes la oportunidad de exhibir sus creaciones en los Museos Vaticanos, a unos pasos de obras maestras del Renacimiento como los frescos de la Capilla Sixtina, asemeja a un premio para quien resucitó un oficio que en Purépero se había perdido tras 200 años de historia.

   "Utilizamos cera virgen de abeja y la procesamos. Hacemos aleaciones con resinas naturales como goma limón, goma arábiga o brea dependiendo de la textura de la cera. Luego teñimos, hacemos concentrados, hacemos carnaciones y vacíamos en moldes", ilustró Ayala Heredia.

   Y luego de semanas de arduo trabajo, el artista se mostró satisfecho por el resultado. "Lo que se logró es muy bonito. Ahora lo veo y no lo creo. Es lo máximo que le podría pasar a un artesano, regalar tus obras a Su Santidad es muy emocionante", apuntó.






Fuente: Notimex

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