C/2012 S1 (ISON) es su nombre. El cometa podría ser uno de los objetos más brillantes del cielo a finales del 2013.
ISON es solo la denominación del lugar donde fue descubierto, el International Scientific Optical Network en Rusia, pero los medios ya nos encargamos de apodarlo así en sustitución del tradicional nombre en clave. Se localizó en septiembre y se ha confirmado que se convertirá en uno de los llamados “cometas rasantes”, porque pasará tan cerca del Sol que podría ser destruido en el tránsito.
¿Qué tan cerca es “cerca” a escala astronómica? ISON pasará a 0.012 Unidades Astronómicas (UA) del Sol, a 0.072 UA de Marte y a 0.42 UA de la Tierra. Una UA es la distancia promedio entre la Tierra y el Sol. Como referencia, la Luna se encuentra a 0.0024 Unidades Astronómicas de nosotros. Como vemos, el cometa en realidad guardará una distancia considerable, pero hay dos aspectos que serán poderosos incluso con esa separación: la gravedad y la luz.
En primer lugar, la gravedad del Sol puede despedazarlo (y su calor puede vaporizarlo), es un aspecto prácticamente imposible de predecir y considerando ejemplos pasados de cometas rasantes, lo más probable es que no sobreviva entero el perihelio, es decir, su momento más cercano a la estrella que orbitamos.
Por otro lado, el cometa será visible desde la Tierra desde finales de octubre hasta su encuentro posiblemente fatal con el perihelio el 28 de noviembre del 2013. De sobrevivir entero ese paso, ISON alcanzará una magnitud aparente (brillo observable desde nuestro planeta), que podría superar a la Luna. Si el cometa mantuviera la trayectoria e integridad actual durante su paso, el 29 de diciembre de 2013 alcanzaría una magnitud de -10.6 (a menor el número mayor el brillo), que es apenas menos que el brillo total que puede entregar nuestro satélite en Luna llena.
Venus, por ejemplo, es notablemente visible en su mejor momento con el ojo desnudo y alcanza una magnitud de -4.89. ISON podría brillar más del doble.
El cometa más brillante de la era moderna fue Ikeya-Seki. En 1965 alcanzó una magnitud de -10 y pudo ser visto de día durante su perihelio, que es también el momento en que recibe más luz solar. Fue tan luminoso que se considera uno de los objetos más brillantes del milenio, uno de los llamados “Grandes Cometas”. Si ISON sigue con lo predicho y no se hace pedacitos o se evapora, podría ser incluso más espectacular. Tendremos que esperar casi un año para averiguarlo.
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